Poco a poco, ladrillo a ladrillo, es posible construir grandes cosas… esta frase cobra sentido cuando cada día más ladrilleros artesanales de Catamayo y Malacatos se suman al Proyecto Eficiencia Energética en Ladrilleras Artesanales (EELA), que impulsan Swisscontact y la Prefectura de Loja.
Los buenos resultados en el procesamiento de la materia prima, ahorro de tiempo de quema y combustibles, aumento de ingresos para las familias y reducción de los niveles de contaminación hacen que día a día se sumen más productores de ladrillo en el cantón Catamayo, similar a lo que sucedió en Malacatos, cantón Loja.
César Calderón señala que eran indiferentes e incrédulos respecto a los beneficios que se socializaron al inicio del proyecto, sin embargo en las primeras quemas se vio el ahorro en tiempo y leña, de 24 horas se redujo al 50% e incluso de leña, por lo que decidieron continuar aplicando una nueva distribución y ubicación de ladrillos al interior del horno.
A ello también se agrega que, gracias a Swisscontact y a la Prefectura, se proporcionó batidoras a motor, con lo cual se reduce considerablemente la mano de obra y tiempo para la obtención del barro, indispensable para la fabricación de ladrilllos.
Víctor Hugo Lozano, técnico de la Prefectura, expresa que el primer grupo consolidado se encuentra en Malacatos, con quienes se han realizado pasantías y visitas de campo a la ciudad de Cuenca para dar a conocer las nuevas teconologías que se pueden aplicar en el proceso, ello ha servido de motivación a los artesanos.
El proceso
Luis Calderón, comenta que el proceso inicia con la llenada de agua del pozo, colocación del tamo (para evitar partiduras y optimizar el tiempo de quema), batida con la mezcladora, obteniendo una mezcla homogénea de materiales, con los cuales se procede al moldeado de ladrillos.
Respecto a la batidora, Calderón señala que el trabajo físico es menor, pues de 400 ladrillos diarios actualmente se obtiene alrededor de 2.000 unidades o más, dependiendo del personal o mano de obra disponible.
Luego de la moldeada se deja secar los ladrillos por uno o dos días, inmediatamente se raspan y “arruman” de acuerdo a la costumbre, donde permanece por tres o cuatro días más hasta ser llevado al horno para la quema.
Ruperto Calderón, quien lleva más de 20 años en la fabricación de ladrillo, considera que, anteriormente, con el método “a pie” la actividad resultaba bien dura “muchos de nuestros compañeros dejaron su vida… ahora la batidora hace el trabajo de unos 20 hombres; el material resultante es de mejor calidad, por lo que muchos compañeros que no creían ahora se han sumado al proyecto, “el compañerismo ha mejorado, si antes eramos solos ahora estamos acompañados”, argumenta.
Don Ruperto agrega que los técnicos del Área de Desarrollo Productivo les han enseñado un novedoso sistema de colocación de ladrillos en los hornos para la quema, con lo cual se garantiza una mejor y correcta cocción, paralelo a ello se trabaj en temas de organización y asociatividad.
Mayor cobertura
En vista de los resultados alentadores, Solano manifiesta que son varias las peticiones de ladrilleros de otros sectores de la provincia que desean ser parte del proyecto, por lo que se espera diseñar una propuesta de intervención en la que se involucren los gobiernos locales, provincial, artesanos y el apoyo fundamental de Swisscontact.
Dato
EELA se ejecuta en 8 países de Latinoamérica por parte de Swisscontact, en Loja se articula con la Prefectura.