- Poda hojas muertas, ramas y flores, para empezar.Poda las ramas que están dañadas. Mueve con tus manos el follaje de la planta y retira las hojas muertas.
- Haz los cortes con tijeras de podar o tijeras de mano.Decide cuáles vas a utilizar de acuerdo al tamaño de la planta. Las plantas pequeñas se pueden podar con tijeras de mano. En el caso de las plantas más grandes con ramas más gruesas se suelen utilizar las tijeras de podar.
- Corta las ramas con tijeras de podar allí donde se unen los tallos, siempre que sea posible.Tus cortes no se notarán demasiado si se hacen en la base de una rama. Trata de cortar las ramas viejas en las zonas donde se estén formando nuevos brotes.
- Corta a ras de las extremidades.Evita que se formen talones, quedan muy mal estéticamente. Los cortes deben hacerse en un ángulo donde dicho corte esté lejos de tu vista, que no pueda verse.
- Quita las ramas pequeñas, donde las nuevas hojas o ramas se están formando, en el caso de que no puedas quitar toda la rama.Esto se puede hacer cuando hay pocas ramas en la planta y su eliminación puede perjudicarla.
- Examina tu planta después de hacer unos cortes y decide si hay que sacarle más follaje.Tienes que observar que la planta sea uniforme y que adquiera una forma agradable a la vista. Cuando vuelva a crecer, los cortes harán que la planta sea más gruesa y con más volumen.
- Fertiliza tu planta cuando termines de podarla.Colócala en un lugar donde dé la luz solar de manera directa hasta que se recupere de la poda. Luego, vuelve a dejarla en su ubicación habitual dentro de la casa.
- Controla tu planta en el futuro para determinar si hay que podar más o no. Puede que veas que en un momento determinado la planta necesita ser podada de nuevo.
Información tomada de: www.wikihow.com